Esto es para los padres (me incluyo, nunca es tarde para aprender algo) que tienen a algun familiar con cancer. Espero les sirva de algo:

Día de Visita
Durante una hora, amigos silenciosos y comprensivos visitan a los niños pacientes de cáncer. Por un rato los pequeños ignoran el peso emocional que conlleva su lucha contra la enfermedad y sonríen.
"A él no lo vienen a ver, nadie se queda con él. Sólo lo vienen a dejar para la quimioterapia y lo vienen a traer los tres o cuatro días. Se desanima, no come, no habla y se mantiene triste", explica una enferemera al hablar de Oscar Escobar, el niño que toma la pata de Erin, la perra de terapia, en la foto principal. Su semblante refleja el desgaste emocional y físico de la lucha contra la enfermedad.
"¿Quieres saludar a la mascota?", le preguntaron. Asintió débilmente con la cabeza y lentamente extendió su brazo hasta tocar la nariz, las orejas y la pata de Erin. Increíblemente (no parecía que fuera a hacerlo, por los fuertes efectos del tratamiento), Oscar sonrió.
Así de sorprendentes, son los resultados de la terapia asistida con perros, practicada con éxito en varios países. Hace tres años se empezó a experimentar en Guatemala, con ancianas y hace dos meses, con los pequeños pacientes de la Unidad Nacional de Oncología Pediátrica.
A primera vista, la presencia de mascotas parece incompatible con la asepsia hospitalaria, pero estos perros no sólo están aseados hasta los dientes sino además adiestrados para no ladrar, no moverse bruscamente, ni ponerse nerviosos entre tantas personas y aparatos.
Romper el hielo, eliminar las barreras, motivar la comunicación son algunas de las funciones de los perros terapéuticos. "Si usted va a algún lugar, acompañado de un perro pacífico, será mucho más fácil entablar comunicación con personas desconocidas que al ir completamente solo, por eso se les llama catalizadores sociales", explica el médico veterinario Hugo Ruano, quien trabajó su tesis de graduación sobre el efecto benéfico de las mascotas en ancianas con hipertensión arterial.
Colmillos contra el cáncer.
Denis Jiménez tiene 7 años. Sufre Linfoma (tumor del tejido linfático) de Pulmón. Pronto será operado para extirparlo. Se aburre terriblemente en el hospital -cuenta la mamá-. Esto cambia cuando llega Megan, la otra perra Golden Retriever que está de visita esta semana: Denis la abraza, le habla, la acaricia con un pie.
Esta alegría es fruto de una inquietud del director del hospital, Dr.Federico Antillón, quien tenía referencias de los beneficios de la terapia con perros: "Yo tengo un cachorro labrador y consulté a un veterinario dónde podía entrenarlo para que fuera mascota médica. Él fue quien me refirió con María Marta Johanis. Me dijo: ella tiene cuatro perros certificados en Estados Unidos como mascotas de terapia. Hicimos el contacto con la señora Johanis y ella aceptó venir una vez por semana, en diferente día, porque no siempre están los mismos niños internos o en consulta externa.
María Marta va por el corredor principal con Megan. Se detiene frente a la entrada de otra habitación, pregunta si le dan permiso de mostrar la mascota al niño. Por mas preocupación, tristeza y tensión reflejadas en los rostros de padres y niños, al momento de ver a la visitante moviendo la cola y con la lengua fuera, las sonrisas brotan.
Marilú Aldana tiene 17 años, un linfoma y viene cada 8 días desde Río Dulce, Izabal. Espera el día de su operación. "Está bien que vengan porque a los niños les gustan las mascotas", dice Marta Solórzano, la mamá.
Marilú sonríe: "Esta visita es una alegría. Aquí uno se aburre, pero, aunque solo vengan un ratito, los perros me levantan el ánimo".
El mismo paseo de Megan y Erin lo harán, la próxima semana, otros dos canes. Hay que alternarlos porque cada terapia es agotadora para ellos. "De alguna manera, los perros se llevan consigo el sufrimiento, el dolor, la preocupación...por eso no es recomendable que las sesiones duren más de hora y media, pues ellos se cansan", explica Ruano, el veterinario. Y agrega: "Al llegar a su casa, se van a dormir toda la tarde. Terminan exhaustos".
Animales para curar el alma
Uno de los primeros registros del uso de animales con fines terapéuticos data de 1972: el York Retreat, en Inglaterra, lugar donde a los enfermos mentales se les daba conejos y aves de corral para cuidarlos.
Al final de la II Guerra Mundial, un hospital para convalecientes, ponía a sus pacientes a criar animales de granja para que olvidaran sus traumas en combate.
En la década de 19710, la psiquiatra Elizabeth Corson señaló que los perros actuaban como catalizadores sociales, forjando una conexión positiva entre paciente y médico.
Toda esa historia quizás sea desconocida para Wendy, una diminuta niña de 4 años (de la aldea Pichabaj, Sololá) quien padece osteoporosis y permanecía sentada a orilla de la cama. Sus grandes ojos parecían al principio tener miedo de Erin, que olía sus pies: tras un par de minutos, la teoría se confirmó otra vez y Wendy le acarició las orejas.
"Gracias, que Dios los Bendiga", no paraba de decir Berta de De León, quien desde el cantón Las Marucas, Santa Bárbara, Suchitepéquez, trae cada semana a su hija Dalila, de 11 años, una niña alegre quien hacía dos días se le practicó una biopsia para verificar si el tumor de ganglios había sido completamente eliminado.
"Gracias a la señora de los chuchos. Esto es algo muy alegre, muy curioso...Gracias por venir a divertir a los niños, para que no sea un recuerdo triste hber estado en el hospitalito", dijo.
"¿Cuándo regresas perrito?"
Llega la despedida. Tras una hora de recorrido por los pasillos, las camas y camillas y la sala de espera, Megan y Erin se van. Volverán y encontrarán a otros niños. Algunos serán nuevos casos. Otros, no estarán porque tienen cita para otra fecha o se han curado. Y otros...con quienes jugarán en sus sueños.
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